Hemos hecho de nosotros lo que no somos
Dejamos de lado nuestro ser salvaje
La conexión con la naturaleza,
Respirar el uno con el todo
Nos hemos olvidado.
Desaprendimos a andar solos;
ya no sabemos movernos si no es con la corriente
No abrimos caminos
No aullamos con la luna.
Ya no queda huella de lo que fuimos alguna vez.
¿A dónde se fue ese animal fiero, indómito que latía con fuerza en nuestro pecho?
Nos espantan los ríos que corren con fuerza y las piedras del fondo nos lastiman los pies
Ya no tenemos ni la voz de los recuerdos
Esa comida hecha en fogatas nos escalda la lengua
Y las cenizas nos lastiman la piel.
No nos ensuciamos
No gritamos con la voz de los vientos
No danzamos junto al agua del río
No hundimos las manos en la tierra.
Nos da miedo lo natural porque tenemos miedo de nosotros mismos
Y por eso no podemos salir.
No existimos dentro ni fuera,
Somos espíritus
Ecos fantasmales del pulso de las cavernas
Esqueletos de nada.
La muerte llegará pronto y otro ciclo empezará
Se abrirán surcos en la tierra
Descenderemos a lo más profundo
Y ahí, enterrados en el fondo
La vida nos escupirá su divina saliva
Nos limpiará la falta de sustancia
Y renaceremos de nuevo.
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