A un yo concurrido

La verdad es que sí da miedo: crecer, fallar, los retos de la vida… Da miedo tener cada vez más responsabilidades y menos ayuda, y saber que el camino que estás tomando ahorita puede llevarte a no-saber ni lo que querías ser.

Mantenerse con la vista fija en lo que se quiere y conservarse a uno mismo, con sus ideales, gustos y su forma de pensar, puede llegar a volverse difícil con el tiempo, sobre todo cuando el mundo te empieza a exigir que te adentres y te sangres por él si quieres seguir perteneciendo, pero creo que justamente por eso tenemos toda la vida para sabernos conservar y rodearnos de gente que nos recuerde quiénes somos cuando nos perdamos.

Es cierto que la vida es un monstruo de mar que te impone, te sorprende y te saca mil cabezas, y que si no tienes lo necesario, te vuelca y te ahoga… pero resulta que la vida es el mar y no las islas, y que tienes que aprender a ser los suficiente para surcarlo y llegar hasta tus objetivos. Los sueños son lo más grande que tiene el hombre, y bueno… creo que eso es a lo que hay que atenerse. Si el miedo es grande, que no supere su tamaño a las razones que nos hacen ser. Sólo eso.

Atte: El yo que de verdad te quiere.