07/03/17
Te debí haber enviado esto hace tiempo, pero al menos lo envío ahora.
¿Sabes? Me costaba mucho entenderte. Creo que me esforzaba tanto por comprender la manera en la que funcionabas, el porqué de tus cambios repentinos de humor, en hacer que me mostraras más de lo bello en ti, que por eso no me quedaba tiempo para nada más. Me esmeré tanto en hacer que me quisieras, en que me lo demostraras como yo te lo demostraba a ti, que de verdad: nada más importaba.
No me malentiendas. Sé que quisiste ayudarme con muchas cosas, así como yo con las tuyas, pero creo que ninguno de los dos supimos aprovechar realmente el apoyo que el otro nos brindaba, ni supimos ofrecerlo bien. Tú me insistías en que aplicara para esas vacantes, pero nunca te diste el tiempo para explicarme cómo lo tenía que hacer –según tú, siempre sabías todo-. Yo te insistía para que subieras de una vez esos anuncios de compra-venta, pero tampoco tomé ni un minuto del que teníamos juntos para sentarnos y decir: "bueno, vale, vamos a hacerlo ahorita". Hubo tantas cosas que dejamos sólo en conceptos, y no en actos…. Creo que eso es algo de lo mucho que nos faltó: querer más. Y querer de verdad.
¿Qué te hizo falta a ti? A mí me faltaba sentir estabilidad y sinceridad en tu cariño, sobre todo estabilidad. Me parecía tan frágil lo poco verdadero que te unía a mí, que siempre sentía la necesidad de sólo estar contigo, hacer contacto, pasar el rato divertido. Y hacía eso para no perdernos, para no sentir que desperdiciaba algo del posible poco tiempo que tenía contigo. Todo parecía una carrera. Me hizo falta confiar más en ti y en el amor que decías que me tenías, pero es que eso no podía hacerlo yo; no me correspondía ganar para mí la confianza que no me dabas.
A pesar de esos detalles que de repente te surgían, de esos mensajitos en papel que dejabas sobre la mesa, de mantener por whatsapp la comunicación fática, de esos abrazos nuestros y sentir, a momentos, cómo te aferrabas a mí como si fuese tu tesoro… A pesar de las recomendaciones con tus desconocidos, del anuncio que pusiste en el periódico por mí, incluso a pesar de ayudarme cuando la carga de trabajo era demasiada, te sentía distante, y me hacías saber, con tres roces fallidos, que no estabas conmigo sino que me querías tener -y sin tenerte yo-, y la cosa no podía funcionar de un solo lado.
Yo te miraba con amor, te buscaba siempre, te contaba todo, ¿y sabes por qué lo hacía? Porque realmente quería hacerte parte de mi vida, porque no quería dejar lugares vacíos en tu memoria; ansiaba que me conocieras toda y que llegara un día en el que no te tuviera que explicar(me) porque ya lo sabrías todo. Pero no… en vez de escuchar ese todo que te entregaba, decidías molestarte por no preguntar lo que tú querías. Yo te contaba todo y tú no decías nada. Quería que me entendieras y entenderte, y tuve la paciencia de un buda contigo, pero recibía siempre caricias a medias, un fuego inerte. Tú me mirabas con amor, y había segundos en que colocabas mi cara entre tus manos y me dabas besos como si degustases el infinito, y al siguiente momento ya ni siquiera me veías cuando te hablaba porque habías perdido el interés.
No sabes lo que hubiera dado por un poquito de estabilidad, porque admitieras tus errores a tiempo y no después de haber hecho tanto mal... Nunca entendí por qué siempre te esmeraste por llevarme la contraria, por decirle a la gente que era yo quien hacía todo como no tenía que ser. Nunca les dijiste que tu mal carácter te llevó a dejarme sola en el aeropuerto, o en ese concierto multitudinario porque creíste que estaba quedando con el tipo de enfrente, o en el maldito Walmart, o en la fiesta del 15 de septiembre en la que te arrancaste solo en el carro. No les dijiste de todas esas veces en las que fuiste el más patán de los patanes y me volteabas la cara porque no decía lo que tú querías. Dime tú: ¿por qué ahora insistes en volver si ni siquiera querías? ¿Por qué si eras tú el que tenía que enmendar tantas cosas, preferiste reclamarme porque ya no tenía el mismo entusiasmo de antes? Me pregunto si, en verdad, en algún momento, fue real lo que me decías a la cara que sentías o si sólo fui un experimento tuyo, una persona a la que sólo la casualidad o tu curiosidad hizo tu primera novia. Siento el corazón quebrarse en otra parte cada que logro encajar una pieza nueva en el lugar que corresponde, porque cada una de esos cachitos hace más evidente que nunca estuviste seguro, y que nunca quisiste realmente estar conmigo, ni siquiera al final. En verdad no logro comprender por qué te empeñaste en afirmar que me querías si siempre demostrabas lo contrario, porque tú mismo sabías que no… Fue muy cobarde de tu parte hacerme creer y quererle hacer creer a los otros que tú estabas dando el todo y que fui yo la que falló. Tú ya no querías estar conmigo, a veces creo que nunca quisiste y que por eso te esmeraste tanto en hacerme partir.
Ay, mi niño... eres un niño chiquito, y te quiero tanto, que ni lo puedo decir. Pero de verdad; aún me pregunto una y otra vez cómo fue que aguanté tanto. Entre más me pongo a pensar en ello, más cosas salen, cosas que ya no recordaba, pequeñas actitudes que tomabas de un momento a otro hacia mí, y que me hacían dudar de lo que decías sentir. Todo el tiempo me hiciste dudar, con todos esos cambios y desajustes tuyos. Un momento, no me querías mirar, y al siguiente, me estabas dando besos y preguntándome por qué estaba seria.
Perdóname por escribirte esto, ya sé que todo lo hemos hablado mil veces, pero necesitaba decirte lo que nunca nos dimos tiempo para decir, con claridad, con orden, sin llegar a los gritos. Quiero decirte por qué me molestaba tanto que me dijeras al final todo lo "bello" que encontrabas en mí, cuando yo sabía que no le decías lo mismo a los demás, o cuando sentía que ya lo hacías sólo para que no me fuera, como dando patadas de ahogado. ¿Cómo iba a poder confiar en ti, si para cada cosa tenías una excusa, una mentira, un sustituto de Verdad?
Bueno... de qué sirve decirte esto. Me gustaría decirte las pequeñas cosas que faltaron y que me hubiera encantado encontrar ahí, como por casualidad, en el camino de esta cosa a la que descarada, patéticamente, decidimos alguna vez llamarle amor. Tal vez en otra ocasión las enliste todas, pero ahora no creo que quede mucho tiempo. Sólo... me hubiera gustado que escucharas más, que no ignoraras siempre lo que te pedía, lo que pensaba, lo que decía... Todo el tiempo hacías sentir como si te “quitara el tiempo”. Dolía poquito siempre tener que ser yo la que hiciera algo para que fluyera la convivencia. Era como si estuvieras conmigo por fuerza. Hoy me doy cuenta de que, probablemente, así fue siempre.
Me hubiera gustado también que no compitieras siempre contra mí. No te gustaba que fuera buena en lo que hago, y me lo hacías saber. Siempre tenías que ser tú el que más brillara... y esas ansias de brillo, todo lo opacó. Tu necesidad de SER pudo más que cualquier cosa, y supongo que por eso no pudiste ver que en serio imaginé toda mi vida contigo. Y también me hubiera gustado que valoraras todas las canciones que te dediqué en su momento, todas las palabras bonitas que te dije, todo el esfuerzo que hice por dejar de lado tus mentiras chiquitas, tu múltiples cambios de humor, tu falta de atenciones, tus malos modos y tus groserías, porque todo eso te apaga, por más ganas que le eches y por más que quieras a alguien. Me hubiera gustado que te dieras cuenta a tiempo de que tú eras la única persona a la que quería.
Bah... ya no sirve de mucho hablar respecto a lo que pudo haber sido y no fue; creo que, a fin de cuentas, muchas de las mejores cosas que podrían pasar se quedan sólo en nuestra cabeza, esperando siempre a lo que nunca llegará, o al retroceder del tiempo: imposible. Supongo que de eso están compuestas las historias de amor más bonitas y más trágicas: de lo irrealizable, de ese vacío que queda al final cuando uno se imagina cómo debió de haber sido todo y se da cuenta de que no fue. Y puta… sí que termina todo siendo entropía, ¿no?
De todas maneras, tengo mucho que agradecer del tiempo contigo. Agradezco todas esas veces en las que me hiciste sentir que tenía un lugar especial en el mundo, y que era sólo mío. Te agradezco por esas veces en las que nuestras pláticas fueron profundas y disparatadas, y terminábamos por sumergirnos en nuestro mundito de dos. Gracias por haber sido mi vida por este pequeño tiempo, por enseñarme a amar y a entregarme toda; muchas de las cosas terribles que estaban pasando en mi vida las sobrellevé porque estaba contigo... tú fuiste mi casita, mi recinto seguro, a pesar de todo.
Quiero decirte que, por mi parte, todo fue verdadero. Todo lo que te quise, lo que te amé, lo que te amo. No hubo una sola cosa que te dijera que sentía por ti, que no fuera verdad. Te amé completamente, cada parte, hasta lo que me hería y lo que odiaba. Sigo sin entender qué fue lo que no hice o lo que no te di para que fuera suficiente, para que me quisieras de verdad… ¿Tú me quisiste de verdad alguna vez? Sin apego, sin capricho, sin posesión… Me pregunto si en verdad llegaste a pensar en mí por las cosas sencillas, si lo que sucedía en tu día a día te recordaba, sorpresivamente, a mí; ya sabes: cacharse a uno mismo pensando de repente en la otra persona, aunque fuera algo fugaz, alguna vez. Espero que sí, la verdad.
En fin… siempre he fantaseado de más, creo que sólo fuimos coincidencia. Sea como sea, gracias por compartir sueños conmigo, por finalmente, aprender a escucharme más, por ser el primero con el que exploré el mundo, con quien inicié mi adultez, por todos nuestros viajes, por perderte conmigo, por enseñarme partes de mí que no conocía, por mirarme a la cara y clavarme los ojos, y besarme, y decirme "te quiero" cuando estaba encima de ti en la cama. Gracias porque sé que, al final, habremos ganado mucho aunque ahorita duela horrores: sé que voy a ser una persona mejor y más grande. Te deseo lo mismo a ti. Te quiero mares.
Te dejo esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=vVc7qaweIKI
Te dedico esta canción: https://www.youtube.com/watch?v=yKlgVKjLyn0
Te recuerdo esta canción, para que no olvidemos lo bonito: https://www.youtube.com/watch?v=PvA5AOMsNsA
En fin…
“no flame burns forever” but still “wanna hold you without holding back my mind”
Bonita vida. Bonita suerte.