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Foto del escritorPaola Iridee

Mariposas en la banqueta


Estoy aquí:

esperando a que aparezcas para salvarme

de los tipos malos, de mi conciencia,

qué sé yo…

Todo es un río sin cauce que corre a toda prisa.

Lo único que entiendo es que la vida es imprevista

y que así como entrega flores, se las lleva.

Que no importa lo mucho que intentes

porque al final siempre vuelves a ser lo que al inicio: polvo.

Polvo estelar, tal vez, pero polvo.

No podía intuir tampoco

que los días más lindos acabaran siendo nada,

que en la vida hay más lodo que tangos

y que sólo soy un lobo vagabundo.

No tengo camada ni la quise.

Tal vez vinimos a este mundo para andar grises.

Y eso es lo que soy: gris multicolor;

Una loca sin escrúpulos cuando de sueños se trata

que se cree que puede todo y al final no puede nada.

Que se tira al suelo o la tiran y no se cansa de intentar,

aunque le escupan.

Tal vez eso soy: un ente sin mundo

que no pertenece a ningún sitio;

frágil sin rebaño.

Mudo, aunque la pase gritando.

Amado a veces,

Muchas otras, echado.

Siempre se acaban las rosas de verano.

Tal vez será que en estas venas que recorro sólo existe lo inmundo;

un invierno a veces soleado

un paisaje macabro en donde a veces crecen flores

y pasta el rebaño.

Eso soy, tal vez: territorio fecundo sin arado,

solitario grito moribundo

que no vale para otra cosa

más que para andar sin rumbo

esperando a que en los dedos se pare una mariposa.


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