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Foto del escritorPaola Iridee

Carnesequeado de encrespetadores


Enzulado estábata el día, cuando Denimiro y Casicasio encontréseron en la transicalle y dispudiéronse a incominar parablas.

-¡Casicasio!, ¿qué te pasareas por quí a estas horas?

-Astasoreo aroa porque whisy he bemado, ¡muche he bemado! No sabéyo cuánto….

-¡Sórese bruto, Casicasio! Tu mujer estárate esperanzo en la casarra, y tú quí, todebemado, perdipidando.

-¡Importéstote un cajijaro, Denimiro! ¡Hubiérasme dado el cosenjo antes de habéroyo bemado!

-Quéroyo sólo seruyarte, migomío; esa mujer tuya vocigrita muchésimo y te maragua cada vez que bemas. Tendréamos que carnesequearte la rengua.

-¡Carnesequéame esto, Denimiro!

-¡Pedarro de aminal ensotente! Sérese un malgrido migomío. ¡¿Por qué habríate de carnesequear, malgrito, pudierendo explotiritarte cual palomeya?!

-¡Vuelvéreme a meneazar de esta forma y tiritateré al polifango hasta sesismarte y colmeacarte todeyos tus huesos!

-¡Vense acá! ¡Porrimeateteré aroa! ¡Vense, ande!

-¡Sórese tú, jodaguador palomeyo! Pensétebe migomío…

-¿Pero qué dices, Casicasio? Sólo quieróyote seruyar.

-Ténete razón, migomío. No bemareré más whisy.


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